Las despedidas no suelen gustar a nadie, son esos momentos tristes y a veces incómodos por los que tenemos que pasar en muchas ocasiones. No me refiero, lógicamente, a despedidas cotidianas con respecto a personas y cosas que están en nuestra vida habitualmente, si no a ese adiós más rotundo que deja paso, normalmente, a un vacio interior que el tiempo se encarga de disipar. Hoy es el último día del año, y como tal, despedimos algo grande, 365 días que dejamos atrás y en el que hemos vivido infinidad de experiencias y situaciones, para mucha gente buenas, para otra, desgraciadamente, malas. Hoy necesito plasmar mi adiós particular a un año lleno de cambios y retornos que me han hecho sentir emociones muy diversas, revivir cosas que pensé que formaban parte de mi pasado, y poner un cerrojo más a esa armadura que hace tiempo me enfundé y que no sé en qué puede desembocar con el paso del tiempo. Siento incertidumbre, dolor, tristeza, frustración, necesidad de reírme, de que me abracen, de experimentar plenitud en mi pecho provocada por algo real y recíproco, de sentirme valorado, de reconocimiento, de llevar a cabo mis sueños y de que me dejen llevarlos a cabo, de tranquilidad, de paz, de cariño, de dejar de albergar este vacío, de olvidarte...
Adiós... y a pesar de todo, gracias por todo lo bueno que también me has dado y por aquello que tiene mi vida para sentirme afortunado y no me has quitado. Esta noche recibiré al siguiente, le daré la bienvenida como se merece, con mucha fuerza y optimismo y con la esperanza de que me regale días de otro color...
Y los días tendrán otro color. Y tú irás quitando cerrojos. Y sonreirás. Y te abrazarán. ¿Lo dudas? Yo no.
ResponderEliminarY quien no te valore a estas alturas es que no se ha molestado en conocerte.
2010 besos como 2010 soles.
Guapo que bonito lo que has escrito en esta epoca de tanto dolor, mi corazon se lleno de sufrimiento pero poco a poco se iluminara y dejara de estar triste y yo me ofrezco a ser ese viento que te abrace, muchos besos y sigue siendo asi.
ResponderEliminarMira cuando dentro de un mes esté por ahí te voy a dar una colleja que ni la de siete vidas. Hazme el favor cierra los ojos y piensa en todas aquellas personas que te queremos y valoramos, somos muchas y muchos, y eso no lo puede decir todo el mundo. La vida es un constante cambio, y por tanto los holas y adiós se confunden en una linea sin fín. Cada vez creo menos en las palabras y sentencias definitivas, porque lo que hoy es un hola, mañana se transforma en un adiós y viceversa. Cada persona tenemos que vivir nuestras etapas y épocas, y dejar que el tiempo y nuestro corazón nos vaya guiando,o más bien en ocasiones dejarnos guiar.
ResponderEliminarTe invito a dar la mano al pensamiento positivo, a ver el vaso medio lleno, a relativizar cualquier momento o circunstancia, porque todo pasará y cambiará.
Fuera "dramatismos", fuera negatividad, y sobre todo fuera los adioses, porque en cualquier momento puede transformarse o llevarte a un nuevo hola.
Un beso enorme
bonito texto ... pero suscribiré a Mafalda que para eso me despedí del año con una tira suya en mi blog jajaja.
ResponderEliminarBueno espero que hayas afrontado con optimismo alegría y color, sin cerrojos y con abrazos estos primeros días del 2010.
Desde esta pantalla yo te mando un abrazo azul cielo recién llegado de la soleada Atenas.
oyeeeee, era esto un adios al blog? yo pensaba que solo te despedias del año...
ResponderEliminarJeje, no, para nada, era un adiós al año, lo que ocurre es que ando demasiado ocupado últimamente y no tengo tiempo en absoluto de escribir, pero ya estoy últimando mi próxima entrada. Un saludo y gracias por tu interés. Un beso Adrianos.
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente Pedro, las navidades es un tiempo deprimente que acentúa las sensaciones que tan bien has descrito, pero luego vas retomando el ritmo que la vida te va marcando y el solo el hecho de dejarse llevar por su música es un placer en la mayoría de los casos.
ResponderEliminarBsote